A CALZÓN QUITAO
Texto publicado en el libro"ELLOS". Guìa Pràctica para mujeresMònica Cabrejos - LANCOM Ediciones
No puedo dar detalles de este encuentro clandestino porque
una
de las condiciones para divulgar nuestra charla fue mantener
a la
“fuente” en secreto. Las razones son obvias, será el primer
pene en
despojarse del mito del poder machista y develarnos sus
secretos,
miedos y traumas sociales en torno a su masculinidad. Un
diálogo
agudo y sincero.
¿Te sientes el símbolo de la masculinidad?
Desde hace siglos soy un símbolo de poder en una sociedad
machista. El pene es el cetro del rey de la casa.
Entonces, mientras más grande el pene, más valioso un hombre…
El tamaño no importa, pero la sociedad le da demasiado
valor.
Un hombre valioso está alejado del tamaño de su pene pero
cerca
al tamaño de su corazón y la capacidad de entrega a su
familia.
El tamaño de su órgano viril no guarda relación con su
bondad,
ternura o sensibilidad. Un hombre valioso es un hombre con
carácter y fortaleza, no con un pene grande.
Por qué crees que significas tanto para los hombres si
comparado
No me quite mérito, por favor. Si bien no soy un órgano
vital
como el corazón o el cerebro, soy miembro principal
del aparato
reproductor, también soy miembro
activo del sistema urinario y
soy un órgano sexual; sobre mi cabeza recae la
responsabilidad
de preservar la especie. Soy fuente de placer tanto para
hombres
como para mujeres, asumo que no soy la única forma de placer
pero -con seguridad- soy la más famosa. Para los varones
represento mucho, más que por ser necesario para vivir, por
ser
indispensable para el placer.
Te consideras un líder.
No. No me interesa ni la política ni la televisión ¿o alguna
vez ha
visto alguno de los míos en la tele de señal abierta?
Somos más tímidos y sensibles de lo que muchos imaginan. Por
ejemplo ahora, usted me mira con tanta curiosidad que me
encojo
por timidez, es raro porque todos creen a un pene le gusta
ser
admirado y que esa vanidad le infla el pecho y le calienta
la cabeza,
pero no es así. Hay que sentirse cómodo, seguro e inspirado
para
tener la reacción correcta.
Cuál es tu tipo de mujer ideal
No hay un tipo ideal. Sinceramente me gustan todas, pues la
feminidad se caracteriza por ser cálida, húmeda y sincera.
Las
medidas y particularidades estéticas se las dejamos a los
quienes
pueden ver y escoger.
Representas todo el placer de una mujer.
¡No, definitivamente no! Una mujer puede
satisfacerse sola tan
bien como lo puede hacer un hombre, incluso hasta mejor.
Sientes rivalidad con el clítoris
Rivalidad no. Envidia sí.
¿Usted envidia
al clítoris?
Sí, envidio al clítoris porque es muy sensible ya que
alberga ocho
mil terminaciones nerviosas en una diminuta parte del cuerpo
(1.5 mm). Ni los dedos, ni los labios, ni siquiera yo tengo
tantas
terminaciones excitables.
En lenguaje sencillo, el clítoris es la versión femenina del
pene.
Entre sus raíces internas, el cuerpo y el glande, llega a
medir hasta
trece centímetros al igual que un pene; pero se diferencian
porque
la uretra no lo atraviesa como en el caso masculino.
El clítoris tiene una única función en el cuerpo de las
mujeres:
regalarles placer. En la época en que Sigmund Freud creía
que las
mujeres desarrollaban envidia por el pene y su
significación, se
desconocía la verdadera identidad y el valor del clítoris.
Ahora
solo puedo decir ¡Qué envidia, caray; qué envidia!
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Tú poder se ve amenazado frente a un consolador.
Sí, a veces he creído que me puede reemplazar. Sobre todo
cuando estoy estresado y no tengo ganas de nada. También me
deprimo ante tanta presión social. Me responsabilizan por
todo,
por la situación emocional, psíquica o por el fracaso de
alguna
relación amorosa.
Si un día estoy cansado y no logro elevarme hasta superar
sus
expectativas, el individuo piensa que como ser humano ya no
sirve y entra crisis. Nadie puede pensar que estoy exhausto
de
tanto trabajar. Son muy desconsiderados conmigo.
Una mujer podría reemplazar mis deberes sexuales pero nunca
podrá reemplazar la calidez de un abrazo, un beso apasionado
o
una buena charla con un caballero. No me quita seguridad la
idea
que un dildo – de vez en cuando- haga mi trabajo.
Realmente crees que el mundo te aprecia
Muchas veces me he sentido utilizado, como si fuese un
pedazo de carne(o cartílago para decirlo con mayor
propiedad)
pero entiendo la responsabilidad que me ha tocado en la
vida.
Fisiológicamente hablando soy multifuncional, pero
socialmente
se han creado leyendas, tabúes y delirios de grandeza en
torno
a mí. Me han otorgado- inmerecidamente- un simbolismo de
género y eso demuestra un gran aprecio.
Lamentablemente, tal simbolismo me entrega un empoderamiento
social frente a las mujeres.
Puedes hablarme de tus inicios, ¿cómo eras a los 16 años?
A los 16, vivía la vida loca. No tenía filtro alguno antes
de escoger;
era un loco, vehemente y apasionado como solemos ser todos
durante la juventud, divino tesoro.
Creía –erróneamente- que podía satisfacer a todas las
mujeres
solo con penetrarlas. Buscaba mi satisfacción, era egoísta y
creía
que todo mi accionar sexual era una competencia frente a
otros
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miembros. Lamentablemente hay muchos otros miembros que
jamás superan esta etapa de inmadurez.
En la plenitud de tus 40 años, cómo te describes
Luego de una etapa de cuestionamientos sobre si he hecho
bien las
cosas, he alcanzado la madurez. Ahora soy muy selectivo,
dejé de
ser egoísta y autoritario en la toma de decisiones sexuales.
Sé que
mi desempeño y performance han mejorado y eso me gratifica
íntimamente.
Me siento más valorado que en mis épocas mozas.
¿Cuál es tu visión del futuro?
Con el paso de los años los varones aprenden que los
delirios
de grandeza y poder son parte de la inseguridad en sí
mismos.
Todos envejecemos con el tiempo, el cuerpo empieza a fallar
y yo
también fallaré, me ha costado aceptar que no podré
levantarme
siquiera para lo más elemental; es incorrecto darme más
valor del
que realmente tengo.
No debería ser considerado motivo de humillación ni de
algarabía
en la vida de nadie, porque solo soy unos cuantos
centímetros de
piel extra que cumple funciones en el cuerpo humano. No
tengo
súper poderes y no otorgo superioridad al género. No me
deberían
considerar una extensión del ego masculino ni tampoco
muestra
de virilidad.
Los hombres deben aprender que el amor, el cariño, la
ternura,
la caballerosidad, la atención, la camaradería construyen
una
relación sólida y duradera a través del tiempo con su
compañera.
Luego de esta reflexión, mi entrevistado deja caer una
lágrima
y me confiesa que es romántico, sensible y siente temor de
la
reacción del mundo luego de sus confesiones.
No hubo ni un beso ni un caluroso abrazo de despedida.
Se fue con la promesa de volvernos a encontrar con un fuerte
apretón de manos.
Eres una mujer sin pelos en la lengua, me gusta eso en las mujeres, comprare y leeré su libro
ResponderEliminar¡Ojalá que todos los varones del Perú, desde jóvenes lean esto y refleccionen sobre el comportamiento que tienen con las mujeres y con sus congéneres!
ResponderEliminarTodos (mujeres y varones) debemos agradecer que una compatriota nuestra haya tomado la iniciativa de analizar e investigar acerca del sexo en general y sus particularidades; y es importante que su trabajo se difunda ampliamente para ayudar a más personas, porque hay que aceptar que el sexo bien practicado ofrece muchas satisfacciones en nuestra existencia, en la convivencia de pareja y en nuestra interiorización y autoconocimiento propio.
Gracias Mónica...
Creo que la estupidez en este blog, y en este artículo, puede ser muy grande.
ResponderEliminarEs una buena reflexión sobre el comportamiento del común de los hombres. Sigue adelante.
ResponderEliminarEs una manera muy considerada y sensible de acercar a los 2 géneros dentro de esta ola de guerra entre sexos que se ve últimamente, felicitaciones Monica
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