El Blog de Mònica Cabrejos

Toda autobiografìa es ficcional y toda ficciòn es autobiogràfica. Por tanto; cualquier parecido con la realidad es coincididencia.

Saque usted sus propias conclusiones.

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martes, 2 de octubre de 2012

Asfixia Eròtica o Scarfing




          UN  PLACER  MUY PERVERSO

“Oí un golpe muy fuerte, algo pesado cayó en la habitación, lo llamé varias veces y no me contestó, entonces abrí la puerta del cuarto y vi a mi novio tirado en el piso sin poder respirar.  Empezó a toser, yo me asusté mucho, creí que se trataba de suicidar porque traía su corbata atada al cuello; ante mi desesperación poco a poco fue mejorándose pero se negó rotundamente a llamar a emergencias. Realmente me asusté mucho porque pensé que por nuestras peleas él había intentado acabar con su vida, luego me explicó la verdad de lo sucedido”

Así describió mi amiga la terrible experiencia que le tocó vivir días atrás con su novio, con quien convive desde hace varios meses.   
Rolando y Wendy son una pareja totalmente dispareja. Ambos tienen 36 años pero pertenecer a la misma generación no los hace siquiera parecidos. Se conocen de toda la vida y se hicieron novios tras varios años de llevar una relación informal y poco equitativa para con Wendy. Ella es divorciada, madre de un chico adolescente, mientras él sólo se preocupaba de  mínimas responsabilidades en  la casa,  pues ella accedió a un crédito hipotecario, trabaja mucho y él disfruta de la comodidad de ser un empresario libre quien sólo compra y vende algún automóvil cuando ella amenaza con ponerlo de patitas a la calle por ocioso.

Wendy es adventista por tanto no bebe alcohol, no fuma cigarrillos ni baila pegadito; a diferencia de Rolando quien no cree en nadie y es una joya, pues como ella no gusta de los placeres mundanos, él la deja en casa descansando mientras él sale a mataperrear con cuanta bandida se le pone en el camino. Bebe, fuma, baila pegado, juerguea y se mete sus buenos “batecitos” a espaldas de la noble Wendy quien vive en el país de la maravillas. Por toda la situación y tratando de evitarle un dolor a mi amiga de la infancia evito frecuentarla pues me siento desleal por callarle lo qué hace su marido mientras ella reza en la iglesia.
Cuando Wendy me contó entre lágrimas el incidente de la corbata no me causo extrañeza pues Rolando es de aquellos chicos quien siempre ha vivido buscando nuevas experiencias, incluso aquellas que son capaces de poner en riesgo su vida.  
Según relata Wendy,  aquella mañana de domingo Rolando se levantó tarde y con una tremenda resaca producto de sus típicas salidas sabatinas – las cuales jamás la incluyen-,  entre reclamos y discusiones, él decidió encerrarse en la habitación buscando tranquilidad para dar por terminado el asunto , cuando repentinamente Wendy vivió todo lo relatado líneas arriba.    
No intentó suicidarse, ni darle un buen susto a Wendy para acabar con los eternos reproches por su conducta inmadura, Rolando se estaba procurando placer en una extraña forma conocida como auto asfixia erótica, la cual consiste en obtener satisfacciòn sexual  a través de la disminución de la respiración durante la   masturbaciòn .
Esta práctica sexual es llamada hipoxifilia o hipofixiofilia e impide la respiración propia o de la pareja, mediante la obstrucción de las vías respiratorias cubriendo la cabeza con elementos plásticos o de làtex ; el cuello con correas o corbatas o recurriendo a la estrangulaciòn con la finalidad de intensificar el orgasmo.
Rolando, un adicto a esta muy extraña práctica sexual, asegura que el orgasmo obtenido tras la privación de oxígeno al cerebro es indescriptible, por tanto la  invitó a participar de unas sesión compartida de asfixia , con el fin de ampliar los muy limitados estándares de placer de su tímida compañera.

Rolando utilizó argumentos de peso para convencerla como el hecho de que practicar juntos la hipoxifilia era una muestra de amor y confianza del uno para con el otro. Pues cuando lo haces con tu compañero aumenta la seguridad de la práctica en la medida de su experiencia. Hasta le ofreció crear un método de control de la situación donde Wendy   utilice una señal para avisarle el peligro de la asfixia.  Ella se negó rotundamente con la misma determinación como cuando él le pide una felación e mitad del acto amatorio.  Sólo que esta vez el principal argumento para la negación de Wendy era el temor de morir en el intento.

Él confesó que se hizo adicto a esta muy placentera y peligrosa maña cuando vivía en Estados Unidos y le guardaba “absoluta fidelidad”; asegura un día lo vio en internet y decidió salir del tedio de la masturbación con algo más adrenalìnico como “Scarfing”. Un vicio sexual sumamente peligroso el cual data el siglo XVII y se utilizaba para curar la disfunción eréctil. La idea de iniciar esta práctica nació de la observación de los condenados a la horca pues estos ostentaban una erección soberbia la cual se mantenía post mortem acompañada muchas veces de la eyaculación durante o después del proceso de ahorcamiento.

La explicación científica del aumento de placer se deriva por la producción extra de endorfinas en el cuerpo a medida que se acerca al estado de asfixia, el cual posee tres fases. La Fase Cerebral donde se estimula el sistema nervioso central, se sienten zumbidos en los oídos, se perciben luces centellantes, hormigueos y sensación de impaciencia. Luego viene la Fase Convulsiva en la cual aparecen convulsiones generalizadas en la cara, músculos respiratorios, extremidades y se eliminan fluidos como la eyaculación. Finalmente la Fase Asfíctica, fase donde ocurre la depresión de las funciones cerebrales, existe pérdida de la conciencia, coma profundo, cianosis intensa, con respiración superficial y lenta, relajamiento muscular y pérdida de reflejos. Esta fase es irreversible, la muerte es aparente y conduce a la siguiente fase, denominada Muerte real, donde desaparecen todos los signos vitales.  Antes de terminar esta última fase se deberá liberar los conductos respiratorios para que no se convierta en cadáver quien buscaba placer. Todo esto es cuestión mínima de tiempo y un mal cálculo puede llevarlo a una muerte segura.

Ningún argumentó ha logrado que Wendy decida experimentar la asfixia erótica, más aún siendo tan conservadora y religiosa como es mi amiga; y con justa razón pues se registran muchos casos de muerte en el mundo por el goce intenso de privar de oxígeno al cerebro.  Es enormemente peligroso y ha terminado en muertes accidentales como la del actor David Carradine (2009) en un hotel de Bangkok y la del subsecretario de Comercio Exterior de Argentina Iván Heyn (2011) en Uruguay durante una convención de presidentes por citar los casos más sonados, pero por año sólo en Estados Unidos mueren alrededor de mil personas durante la búsqueda de esta mixtura de peligro y clímax la cual proporciona la sensación de mil orgasmos en uno.          
Rolando le ofreció usar una almohada, una bolsa plástica, una bufanda e incluso sus propias manos pero ella no aceptó; entonces le pidió que sea ella quien le procure el delicado placer de la estrangulación como muestra de la confianza absoluta que le profesa.  Quería compartir la sensación con su chica, pero Wendy tampoco dijo sí. Sin embargo, mi amiga se ha convertido en el método más seguro para preservar la vida de su novio , pues Wendy es quien mejor lo desamarra cada vez que él tiene ganas de practicarse un placer extremo como el Scarfing, un muy perverso placer.


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