LA CRISIS DE LOS 40
Cuando el cuerpo produce calor
más rápido de lo que puede enfriarse, pueden ocasionarse enfermedades, es
importante reconocer los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor
y entender cómo prevenirlas, controlarlas y responder a sus efectos; pero
cuando se calienta la cabeza no hay fórmula alguna para enfriarla.
El deseo arde, los sentimientos y
emociones se confunden e inquietan la razón, pierdes la perspectiva y tomas la
decisión equivocada. La pasión es la
causante de esa extraña pero común calentura. Dicen (tan machistas las mujeres
a veces) que los hombres son más proclives al calentamiento de la razón, sin
embargo en esta historia la protagonista es una dama quien bajo la cruel
influencia de sus instintos hormonales está perdiendo la cordura, un matrimonio,
hijo y amigos.
Cumpliendo fielmente con la
reunión (no oficial) de ex alumnas de promoción en casa de “la gringa” Matilde,
nos juntamos para tomar unos tragos – con hora lìmite-, para no repetir la
historia de nuestra última reunión cuando fuimos de
visita al único club de nudistas para mujeres de la ciudad. La consigna era una
reunión sólo de mujeres con fines informativos y ninguna actividad extra. De
acuerdo a lo planeado cada una de las invitadas fue llevando algo para surtir
la parrilla y el bar. Cecilia, Silvia y Jackie, siguen llegando juntas a las
reuniones escolares pues siguen siendo vecinas; Rosario sin romper la tradición
siempre llega tarde, Maty como buena anfitriona nos espera con el coctel de
bienvenida ; pero la gran ausente de la tarde fue Yolanda , quien ni siquiera
se excusó por no asistir ni tampoco se molestó en responder las llamadas ni los
mensajes telefónicos.
Mientras que Mati freía la carne,
todas alrededor de la parrilla, hablábamos de los últimos meses de nuestras
vidas, pese a vivir en la misma ciudad nuestras obligaciones nos impiden
reunirnos y hasta darnos una llamada telefónica, a las justas un corto email
para saludarnos en fechas especiales.
Charito estaba ansiosa por
contarnos todo sobre Yolanda, sin anticipación nos
soltó tremenda bomba
informativa sobre las verdaderas razones de la ausencia de nuestra amiga. El
esposo de Yolanda en un acto enamorado y desesperado buscó a Rosario para
pedirle que haga recapacitar a su esposa.
Yolanda salió embarazada inmediatamente
después de terminar la secundaria, nunca se casó con el padre de su hijo y se
mantuvo soltera hasta cuando encontró la estabilidad– en todos los aspectos-
con Javier, un hombre maduro y prospero en los negocios. Él, aceptó a su hijo adolescente como suyo y
formaron una familia. Sin embargo Yola a pesar de la estabilidad familiar
deseaba vivir con la emoción de una adolescente, aquella que tuvo que posponer
por criar y vivir como adulta por su inoportuna maternidad.
Los primeros años de relación con
Javier fueron apacibles como él, luego se tornaron predecibles y tediosos según
Yolanda, fue entonces que con los 40, llegaron algunas cirugías y nuevas
amistades. Descubrió un mundo de tentaciones prohibidas para una mujer
comprometida. Atrapada en la calmada
costumbre de su relación , Yola empezó a frecuentar a las amigas del gimnasio
del club, todas mujeres mucho mayores que ella, adineradas divorciadas y/o viudas, dedicadas a la buena vida quienes tenían por
costumbre divertirse con los chicos jóvenes, fuertes y ansiosos de escalar
posición económica y social.
En este contexto fue que Yolanda
conoció al hombre por quien dejó a Javier, su casa, su hijo y se alejó de todo
para darle rienda suelta a esa loce entusiasmo por un jovencito veinte años
menor que ella, dedicado al modelaje y a los fierros, con sueños de ser Mr.
Universo y con un ego rimbombante.
Cuando Charito nos hizo hincapié
en aquella noche en la incursionamos al “Penthouse 25”- el club sólo para
mujeres- y nos mencionó al bailarín de pool dance quien salió vestido de
policía para luego quedarse con la “pistola” al descubierto, caímos
en cuenta quien era el responsable de
la loca pasión de Yola.
El “policía” y Yola tenían
encuentros casuales al inicio de la relación, ella seguía con Javier y mantenía las apariencias, pero un
buen día se le calentó la cabeza , olvidó “el qué dirán” y empezó a lucirse en otros
ámbitos con su “chiquillo”; fue así que Javier se enteró de su indiscreción y
la enfrentó para conminar a su esposa a dejar a su amante, pero para sorpresa de todos Yolanda decidió
terminar con todo y empezar una nueva vida al lado del modelo adicto a los
esteroides. Dejo a su esposo después de ocho años, a su hijo de 19, una vida
cómoda para darle rienda a todo el “amor” por su nuevo compañero un año mayor
que su hijo.
Ceci, Silvia y Jackie no podían
articular palabra alguna después de recibir tal información. Mati fiel a su
estilo aprobó la decisión de Yolanda de irse al lado de su nuevo amor y a mí no
me quedo otra opción que guardar los detalles de esa relación, pues Yola me
había contado lo que sucedía entre ellos y en alguna ocasión tuve que mentirle
-por el teléfono- a Javier que su esposa andaba conmigo hasta altas horas de la
noche.
De la boca de la misma Yolanda
supe que su relación nunca fue completa, pues entre Javier y ella había mucha
diferencia de edades y de caracteres, si bien al comienzo fue eso lo que le atrajo
de la relación, de pronto y con los años tanta tranquilidad la habían hastiado.
Javier no tendía sus necesidades sexuales y la relación se había convertido en
una amistad profunda. Se cansó de hacer
lo correcto para todos menos para ella; así que cuando su hijo ya estaba
encaminado en la vida y sin proponérselo se enamoró de este muchacho quien le
devolvía la ilusión de amar.
Yolanda terminó su matrimonio con
Javier un hombre de cincuenta tantos por un mocoso quien -según Rosario- estaba
aprovechando la situación financiera para solventar sus sueños de modelo. Lo único que se sabe de nuestra amiga es que
seguía trabajando pero ni siquiera visitaba a su hijo y menos a sus amigas. Ahora
vive en cuerpo y alma para el amor.
Las chicas se fueron despidiendo,
nos quedamos Matilde y yo a solas. Cuando le pregunté a Mati si ella creía que
era amor lo de Yola, fue muy radical en responder.
-No, eso no puede ser amor. A Yola se le calentó la cabeza con el
modelito, como a muchos hombres y mujeres les sucede – dijo Mati siempre tan
open mind y siguió diagnosticando la siatuaciòn –Creo más
bien que tiene que ver con la crisis de los 40-.
La cuarta década de vida viene
con inseguridad y cuestionamientos, además de sobrepeso, presbicia y canas. Sumemos a eso la rutina, el descuido de la
vida sexual en la pareja y la pérdida de la autoestima. No todas reaccionamos
de la misma manera al llegar a la mitad del tiempo que se tiene como
expectativa de vida, algunas mujeres simplemente asumen los años como un
capital de vida llamado experiencia, otras se deprimen y viven con la sentencia
final de su existencia como una constante; y las más arriesgadas deciden
recuperar juventud viviendo la pasión de un amor veinteañero a cualquier
precio.
Los 40 también traen hermosura, madurez,
seguridad y experiencia sexual. Es natural, como le sucede a Yolanda,
cuestionarse sobre cómo hemos vivido hasta la mitad de nuestra existencia; pero
lo más importante es buscar la plenitud de vida aunque en esa búsqueda nos
equivoquemos.
CUANDO TENIA 36 AÑOS ME ENAMORE DE UN MUCHACHO DE 22 CASI LA MISMA EDAD DE MI HIJO MAYOR ME CASE MUY JOVENCITA SIN SABER NADA DE LA VIDA PERO SI ENAMORADA DE MI ESPOSO MUCHO MAYOR QUE YO CON ESTE JOVEN SI SUPE LO QUE ERA EL AMOR Y UN ORGASMO ERA EL CHOFER DE MI CASA MI ESPOSO TRABAJABA EN SUS MINAS Y VENIA CUANDO PODIA POR ESTE MOTIVO EL CHOFER DORMIA CONMIGO PARA MI ERA ESTAR EN EL CIELO NO VEI LAS HORAS QUE FUERA DE NOCHE POR QUE ERAN LAS HORAS MAS HERMOSAS DE MI VIDA ALGO QUE HASTA AHORA NO OLVIDO
ResponderEliminara los 36 años, las mujeres están en su mejor momento...
EliminarEs difícil opinar...nadie podría decir "de esta agua no he de beber"
ResponderEliminara cualquiera le puede pasar
Monica,
ResponderEliminarMuy realista tu visión en este espinoso tema.
A manera de amable contribución opino que Yolanda y sus nuevas amigas, "dedicadas a la buena vida" no hacen tal cosa, por el contrario eso no es buena vida, si así fuera no estarían buscando recompensas inmediatas. desprendo por lo narrado que están comparándose, compitiendo y tratando de impresionar a quien no le importa tu vida mas allá de las apariencias. Buena vida o vida buena es harina de otro costal, que ojalá abordes en algún otro articulo para conocer tu opinión.
En otra nota; La carne en la parrilla se fríe o se asa?